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jueves, 2 de marzo de 2017

LA UNICA FORMA DE DETENER LA MAQUINA, ES DESTRUIRLA

La única forma de detener la máquina es destruirla. En la guerra mundial actual, la disputa es entre el sistema y la humanidad. Por eso la lucha anticapitalista es una lucha por la humanidad. Quienes todavía pretenden “arreglar” o “salvar” al sistema, en realidad nos proponen el suicidio masivo, global, como sacrificio póstumo al Poder. Pero en el sistema no hay solución. 
Y no bastan ni el horror, ni la condena, ni la resignación, ni la esperanza en que ya pasó lo peor y las cosas no harán sino mejorar. No.  Lo cierto es que se va poner peor. Por esas razones, más las que cada quien agregue de sus particulares calendarios y geografías, es que hay que resistir, hay que rebelarse, hay que decir “no”, hay que luchar, hay que organizarse. Por eso hay que levantar el viento de abajo con resistencia y rebeldía, con organización. Sólo así podremos sobrevivir. 
Sólo así será posible vivir. Y sólo entonces, como fue nuestra palabra hace 25 años, podremos ver que… “Cuando amaine la tormenta, cuando la lluvia y fuego dejen en paz otra vez la tierra, el mundo ya no será el mundo, sino algo mejor.”